Mudarse juntos presenta uno de los cambios más grandes que se pueden soportar durante el curso de una relación. Este paso es completamente transformador y necesita una planificación cuidadosa para que se produzca una transición exitosa. Hay varios aspectos de una asociación que no se manifiestan hasta que dos personas viven en el mismo lugar. Las parejas desprevenidas pueden ser sorprendidas por estos pequeños detalles desagradables, pero estos problemas son fáciles de manejar Con la debida previsión y dedicación. Esta guía enumera las diversas arenas de una relación que deben abordarse antes de que una pareja decida ocupar un solo espacio.
1. Responsabilidad
Un hombre que vive solo no tiene que responder ante nadie, pero eso cambia completamente en el momento en que comienza la convivencia. Los horarios se vuelven más concretos al instante y casi todas las funciones diarias se comparten con un compañero.
Las rutinas pueden ponerse en movimiento rápidamente, y estas actividades rituales podrían deteriorar una relación a través de un confinamiento excesivo. Por suerte, es fácil coordinar un calendario flexible. Todos los hombres deben encontrar una mujer que entienda la necesidad de un hombre de atribuirse a su propio sentido del tiempo..
2. El dinero importa
De una forma u otra, el dinero en efectivo terminará siendo agrupado en una ubicación de acceso colectivo. Ambos socios deben poder hacer contribuciones financieras para la estabilidad de su sindicato. La responsabilidad escala nuevas alturas para las parejas que viven juntas. Puede ser demasiado fácil quedar atrapado en el brillo extravagante del romance para prestar atención a las necesidades monetarias. Cada miembro de una relación debe demostrar una naturaleza confiable con respecto a los asuntos financieros; de lo contrario, una contabilidad deficiente puede diezmar absolutamente una asociación emocionalmente estable. Antes de mudarse juntos, debe haber una conversación que planifique explícitamente cómo pagar las cuentas futuras de una manera realista..
3. Horarios de sueño
Las parejas a menudo no son conscientes de las diferencias en sus patrones de sueño hasta que comparten una cama cada noche. Si las rutinas de descanso no se alinean entre los compañeros, las alteraciones pueden terminar comprometiendo la calidad del sueño de ambos individuos. Algunas de estas preocupaciones pueden remediarse mediante alarmas y tapones para los oídos separados, pero es realmente preferible encontrar a alguien con regímenes de relajación complementarios..
4. Estándares de higiene.
Cuando una relación está en ciernes, ambos miembros intentan impresionar al otro mostrando su mejor sentido de estilo y limpieza. Desafortunadamente, esta fachada tiende a desvanecerse una vez que las parejas comienzan a compartir el espacio sagrado. Los hábitos de baño inesperados pueden ser francamente grotescos, y los estándares para un hogar bien cuidado pueden contrastar drásticamente. Un interior mal mantenido puede resultar en disputas innecesarias. Para eliminar este potencial, todas las tareas deben asignarse de manera uniforme desde el principio.
5. Frecuencia de fechas
Durante las primeras etapas de una asociación, el noviazgo es la forma predominante de socialización. Esta dinámica cambia repentinamente cuando la cohabitación se establece en su lugar. Las actividades sociales frívolas pueden ser reemplazadas por la importancia urgente de los asuntos comerciales. Las ausencias temporales se utilizan para crear un sentido persistente de anticipación, pero una presencia constante puede en realidad obstaculizar las chispas de atracción. Los encuentros sexuales pueden volverse menos glamorosos debido a la sensación inculcada de seguridad automática. La diversión espontánea se debe enfatizar regularmente para anular los patrones mundanos que pueden desarrollarse inadvertidamente..
6. Situaciones de comida
La preparación de alimentos debe incorporarse, a menos que una pareja quiera gastar todo su dinero en comidas de restaurantes poco saludables. Ambos miembros deben estar dispuestos a cocinar sobre una base regular. Compartir una despensa puede revelar hábitos alimenticios interesantes, y puede ser difícil conservar los ingredientes para más adelante si ella quiere consumirlos ahora. Si los gustos no se sincronizan, habrá múltiples ocasiones donde se requieran recetas separadas.
7. Privacidad
El espacio personal puede ser un desafío para construir en el estilo de vida doméstico. Cada comportamiento sutil puede ser observado y cuestionado. Habrá menos tiempo para que un hombre pase libremente tiempo con sus conocidos, pero sus amigos tienen la garantía de estar mezclados en su domicilio compartido. Si a un hombre no le gusta el círculo social de su dama, va a tener dificultades para evitar que sean una compañía continua en su residencia personal. En cierto sentido, mudarse con ella también se está mudando con todos sus amigos.
8. Planes futuros
La cohabitación no pretende ser una fase temporal; en cambio, se considera que es indicativo de un compromiso a largo plazo. La mudanza prematura puede enviar señales erróneas, y tiene una tendencia a ser percibida por la sociedad como un compromiso. El acto más importante que una pareja puede hacer antes de mudarse juntos es simplemente establecer una comprensión mutuamente honesta de los términos básicos de la relación. Esto evitará cualquier adversidad y un profundo afecto puede crecer en su lugar..