Si el único momento del día que puede disfrutar antes de las 11 de la mañana es ver a una persona matutina con ojos de cachorro, entonces es hora de celebrar.
Siempre hemos sabido que los noctámbulos son (o al menos, piensan que son) más inteligentes y creativos que sus homólogos irritantemente positivos. Sin embargo, resulta que todas esas noches llenas de podcasts, Yingube Binges y (para los aspirantes a Hunter S. Thompson del mundo), alcohol, literatura y dobladoras de jacuzzis con mezcla de cocaína tienen un precio..
Un estudio reciente realizado por una universidad del Reino Unido preguntó a 433,268 participantes, de 38 a 73 años de edad, si se consideraban a sí mismos "búhos nocturnos" o "alondras de la mañana". Las muertes en la muestra fueron rastreadas hasta seis años y medio después, lo que revela que aquellos que les gustaba quedarse hasta tarde tenían un 10% más de posibilidades de morir. Esto llevó a Kristen Knutson, la autora del estudio, a concluir que "Las noctámbulos que intentan vivir en un mundo de alondras por la mañana pueden tener consecuencias de salud para sus cuerpos".
"Los científicos se ajustaron a los problemas de salud esperados en los búhos y aún encontraron un 10% más de riesgo de muerte", dijo Ciencia diaria. En cuanto a soluciones potenciales; Los que odian la mañana se encuentran con una agradable sorpresa. Malcolm von Schantz, profesor de cronobiología de la Universidad de Surrey, sugirió: "Deberíamos hablar sobre cómo permitir que los tipos nocturnos comiencen y terminen el trabajo más tarde, cuando sea práctico".
Aunque puedes intentar cambiarlo; su reloj biológico requiere más que una alarma (o siete) para restablecerse. De hecho, hay investigaciones que sugieren que el sistema interno de mantenimiento del tiempo de una persona seguiría funcionando incluso si se eliminaban del mundo y se ocultaban en una cueva oscura..
Si realmente desea restablecer su reloj corporal, hay estrategias que puede probar, pero de ninguna manera se garantiza que funcionen. Una opción mucho mejor sería aceptarla, pedirle a su jefe horarios flexibles y si se oponen a la evidencia científica que sugiere que un calendario flexible es mucho más productivo..
Así que ahí lo tienen: el problema no es su patrón de sueño, es el mundo.