La Fórmula Uno es, sin duda, el deporte más gobernado del mundo. Su glamour y prestigio hablan de la multitud de jugadores importantes, tanto del mundo corporativo como del automovilístico, que a menudo llaman la atención.
Pero, ¿qué pasaría si un fabricante de automóviles decidiera quemar el libro de reglas y construir una máquina exclusivamente para el avance del deporte? Sin reglas. No hay influencers. Sólo velocidad. Entra en el McLaren MP4-X. Llaman a esto la visión del futuro del fabricante británico..