Mire cualquier película sobre angustia adolescente y verá la misma historia una y otra vez: perder su virginidad es complicado. Casi cualquier cosa puede hacer que salga mal o correcto, desde tu apariencia, tu ropa, tu popularidad, la presión de tus compañeros, hasta los padres, hasta tratar de conseguir una botella de Goldslick Vodka para tu novia. Además de todo eso, una nueva investigación de la Universidad de Cambridge sugiere que hay otro factor en juego.
El estudio, publicado en la revista. Genetica de la naturaleza, examinó los genes de más de 125,000 hombres y mujeres y descubrió que la genética puede jugar un papel importante en la determinación de la edad a la que abandonas tu tarjeta virtual. Los científicos identificaron 38 secciones de ADN que impulsan la liberación de hormonas sexuales e influyen en cosas como la personalidad, la apariencia, el comportamiento y el inicio de la pubertad..
Las personas con una de las variaciones genéticas, CADM2, tenían más probabilidades de tener relaciones sexuales más temprano en la vida, tomar más riesgos y tener una gran cantidad de niños. Por otro lado, aquellos con la variación de MRSA tendían a tener relaciones sexuales por primera vez cuando eran mayores y tenían personalidades irritables (aunque no hay evidencia de que los dos estén conectados). En general, la edad más común para hombres y mujeres para perder su virginidad fue 18.
Pero tome nota: esta no es una excusa para culpar a sus chanchullos juveniles (o la falta de ellos) de su ADN. El estudio descubrió que los genes influyen en hasta el 25 por ciento de su decisión de estacionar el Porsche rosado en un callejón lateral. El resto está determinado por factores como la religión, la historia familiar y las creencias personales..