El festival que empapa una ciudad española con humo con aroma a romero

En 1888, la pequeña ciudad española de Arnedillo fue atacada con viruela. A medida que la epidemia se extendía, la gente de Arnedillo buscaba la ayuda de los santos. Encendieron siete velas, una para cada uno de los siete santos más venerados en esta región, y esperaron a ver cuál duraría más tiempo..

Cuando se apagaron las velas, las últimas que permanecieron encendidas se presentaron ante San Andrés, San Andrés. La imagen del santo fue exhibida en la ciudad mientras los lugareños encendían fuegos de humo de romero..

El humo salta de las calles de Arnedillo. CESAR MANSO / AFP / Getty Images

Ya sea una coincidencia o un milagro, después de la procesión, la epidemia pasó, y ahora, cada año, el último domingo de noviembre, la ciudad recrea la procesión que salvó a su gente..

El día antes de la procesión, la Hermandad de San Andrés limpia la ermita donde se encuentra la imagen del apóstol la mayor parte del año y la traslada a la iglesia de la ciudad de San Servando y San Germán. El domingo por la mañana, los lugareños comienzan a apilar ramas de enebro, que producen un humo espeso, y humedecen el romero. Alrededor del mediodía, la imagen del santo sale de la iglesia y comienza a desfilar por las estrechas calles del pueblo..

El humo llena el aire y dificulta la respiración. CESAR MANSO / AFP / Getty Images

Con las hogueras encendidas, las calles se llenan con un humo perfumado tan espeso que la gente respira a través de pañuelos. A medida que la imagen del santo pasa por la calle, los guardianes de la hoguera agitan ramas y avivan las llamas para crear nubes de humo. La ciudad tiene una población de menos de 500, pero en este día, las calles están llenas de más de 2,000 personas, ya que los visitantes vienen a ver el espectáculo..

La procesión dura solo 20 minutos y termina con una misa. Una vez que el santo ha pasado, el tocino y las salchichas pequeñas van a las hogueras, y la fiesta continúa..