Tanto humo, de hecho, que algunos se han desvanecido en todo el continente y un océano.
Uno de los satélites de la NASA rastreó una nube de humo que se abría paso cuatro días a principios de septiembre, desde el noroeste del Pacífico hasta Francia. No todo el humo producido por los incendios de América del Norte se está soplando en todo el mundo (para alivio de los parisinos), pero algunos lo hacen a altitudes más altas, donde los vientos dominantes lo recogen y lo transportan hacia el este. Según el científico atmosférico de la NASA, Colin Seftor, "no es tan raro que el humo de los incendios en Norteamérica llegue a Europa". Sin embargo, señaló que en el Observatorio de la Tierra de la NASA, el humo de este año es particularmente denso y persistente. El humo de los incendios de mediados de agosto en América del Norte se prolongó durante varios días en Europa. "Va a llevar un tiempo que todo se disipe", agregó..