Como uno de los fundadores del imperio circense de los Ringling Brothers, Ringling pasó gran parte de su vida adulta viviendo en un vagón personal, acompañando a su espectáculo itinerante de ciudad en ciudad, sorprendiendo a los estadounidenses con caballos y elefantes. Ringling también era uno de los estadounidenses más ricos de la época, por lo que su vagón de tren no era una casa móvil común. Ahora, con la realidad virtual, cualquiera puede verlo..
"En aquellos días, John Ringling era uno de los 11 individuos en los EE. UU. Que tenían un vagón de tren privado", dice Davide Tanasi, un arqueólogo y "humanista digital" que se describe a sí mismo en la Universidad del Sur de la Florida. "Era un equivalente pasado de moda de ser dueño de un jet privado".
Las vidrieras, los candelabros, los lujosos muebles y las elaboradas molduras son un testimonio del estilo de diseño de los ricos y famosos de Estados Unidos a principios del siglo XX, especialmente en Sarasota, Florida, donde los Ringlings vivieron y construyeron su famosa mansión Ca 'd'Zan. "Es un tesoro de historia del arte y una joya de la corona del patrimonio cultural de Florida", dice Tanasi. "El tren es el único ejemplo de una mansión móvil de la Edad Dorada".
Tanasi y sus colaboradores han pasado gran parte del año pasado digitalizando cada centímetro del vagón del tren de ocho habitaciones, incluidas todas las mesas y sillas, y cada tuerca y tornillo. Utilizaron cámaras de alta definición y láseres para crear representaciones en 3D del automóvil, utilizando una técnica conocida como fotogrametría digital.
El vagón ahora existe en dos lugares a la vez: físicamente en una plataforma en The Ringling Museum en Sarasota, Florida, y digitalmente como una colección de 15 terabytes de archivos de datos en un servidor de la University of Southern Florida en Tampa. Con solo un clic, el artefacto frágil ahora puede viajar sin problemas por el mundo. "Cualquier persona con un casco de realidad digital puede explorar o visitar el tren desde el sofá de tu sala de estar", dice Tanasi..
El proyecto arroja luz sobre una nueva forma de conservación digital, donde se puede guardar una representación de cualquier artefacto cultural en una computadora, deteniendo los procesos graduales de deterioro o negligencia. "Esta es la mejor aplicación de este tipo de tecnología de vanguardia", dice Tanasi, "para extender y expandir la vida útil de estos viejos artefactos".
Una de las motivaciones del proyecto fue obtener la capacidad de imprimir en 3D reemplazos para partes del tren que se están desmoronando, como un tornillo oxidado o una pata de una mesa. En teoría, los archivos creados por Tanasi y su equipo podrían usarse para imprimir una réplica exacta del vagón del tren, hasta el más mínimo detalle. "Con el modelo 3D, podríamos imprimirlo pieza por pieza", dice Tanasi. "Llevaría una eternidad, pero podríamos hacerlo".
Si un incendio o un huracán de Florida destruyesen trágicamente un objeto de valor incalculable como el vagón de tren dorado de Ringling, cada línea, rasguño y detalle serían capaces de sobrevivir. "El vagón del tren se conservará mientras las computadoras sigan existiendo", dice Tanasi. "Con esta tecnología, garantizamos la inmortalidad digital".